Las penas y las vaquitas, Se van por la misma senda,
Las penas son de nosotros, Las vaquitas son ajenas,…ya lo decía Héctor Roberto Chavero Haram, Don Ata, hace muchos años atrás. Hoy a más de 20 años de su partida esta frase se vuelve actual, y golpea las puertas de todos.
Las penas son de nosotros, Las vaquitas son ajenas,…ya lo decía Héctor Roberto Chavero Haram, Don Ata, hace muchos años atrás. Hoy a más de 20 años de su partida esta frase se vuelve actual, y golpea las puertas de todos.
Incorporar
a Don Ata a los temas ecológicos es un privilegio, amigo del ciego
Pancho, un hombre dedicado al arte de la música y entregado a su
tierra; poeta de los cerros y los paisajes, del verde y de los ríos, de
los árboles y hasta de las piedras, todo en su canto, en sus estrofas es
vida, es verde, es naturaleza.
Premonitoriamente,
incluyó en sus canciones y poemas frases que a lo largo del tiempo se
volverían realidad. El arriero va, pone en evidencia lo que vive hoy en
día su pueblo, nuestro pueblo, los cuales vivimos el día a día, sin
posibilidad de pensar en lo que podremos hacer mañana, por la misma
preocupación que nos lleva a resolver el “hoy”, mañana será otro día!!!
En
estos casos se sintetizan perfectamente bien las vaquitas y las penas;
el pueblo y los representantes del pueblo, elegidos por el pueblo, y
cuyos jefes se supone es el pueblo, ambos puestos en diferentes veredas,
unos pensando en el día a día, los otros pensando ya en el 2015, sin
temor del día de mañana.
No
se trata de estar en contra de un sistema, se trata que las
organizaciones ecologistas debemos ser escuchadas, debemos ser
incluidas, se trata de equidad. de igualdad, se trata de que se están
destruyendo recursos naturales que jamás se volverán a renovar, se trata
de que se permite la destrucción de nuestra propia tierra con anuencia
de nuestros representantes del pueblo, se trata de que se permite la
extracción de riquezas de nuestro propio suelo y acá no queda nada, son
llevadas a otros lugares.
Generaciones
anteriores y la nuestra pudimos disfrutar de la naturaleza, y todo lo
que ella ofrece, hacemos realidad a los ojos y a los sentidos todo lo
escrito por Don Ata, la montaña, el río, los árboles, una cabalgata, ver
el verde, de eso disfrutamos. Les propongo a los que tienen el poder
que luchemos juntos y les dejemos algo para las generaciones que vienen,
a la generación que tendrá la responsabilidad de que nuestra Argentina
siga en pie y sea fértil, y no una tierra árida, ni manoseada por
empresas internacionales, que como langostas saquean nuestras riquezas y
las llevan a otros lugares.
A
todos aquellos que permiten las destrucción de su propia tierra, deben
llamarse a la reflexión, qué le vamos a dejar a esta generación que nos
debe reemplazar, le vamos a dejar más y más dinero, pero un planeta sin
agua y sin verde? Triste debe ser llegar a sus casas, ver la mesa
tendida con su familias esperando, acariciar en al cabeza a sus hijos y
decirles: “hijo hoy contribuí a que se vuele una montaña, a que se talen
miles y miles de hectáreas de selva, que se desvíen algunos ríos, que
se malgasten miles y miles de litros de agua, eso no importa, porque
tendrás dinero”.
Al
paso que vamos todo será anecdótico, y con carteles señaladores que
dirán: “visitante, disfrute con su imaginación este cerro que existía
acá”, y ese cerro existía, estaba antes que entren a buscar sus
riquezas. Por favor razonemos, seamos razonables, cuidemos lo que nos
queda, porque al paso que vamos ya no habrá vaquitas, y las penas serán
para todos todos. Pedro Martínez, Conciencia Ambiental Tucumán
concienciambientaltuc@hotmail.com