Pidió que la justicia se acelere “Se mueren y
se llevan los secretos”, en referencia a los represores .
El
testimonio de una ex detenida que
ya había estado frente al Tribunal en el primer juicio, pero que como lo
serán algunas otras víctimas, vuelven a citarse por haber
compartido la cárcel de Gorriti
entre el 1 al 10 de junio de 1976 con quienes conforman las causas de
este
juicio, mas el de un ex agente penitenciario completaron la audiencia de
la
fecha.
Interrumpidas por el llanto,
adjetivando a sus torturadores, las víctimas
reconstruyen su doloroso relato cada vez
con mayores datos, conscientes que
construyen historia y que la justicia ansiada ha llegado. En tanto los
imputados gozan de todos los beneficios que la democracia les permite: todos
tienen defensores, algunos proporcionados por el propio Estado; eligen no estar
en la sala de audiencias entonces se les proporciona una sala aislada de donde
siguen las alternativas a través de video conferencia.
“SE MUEREN Y SE LLEVAN SECRETOS”
Mercedes Salazar fue detenida en
Ledesma cuando buscaba a su novio Francisco Gallardo que había sido detenido en
San Pedro, donde comenzó su búsqueda y al no encontrarlo intentó en otros
lugares. De allí los trasladaron a San Salvador a la policía central y luego
derivaron a las mujeres al Buen Pastor y
a los varones al penal de Gorriti.
Mercedes relató torturas físicas y
psicológicas, maltrato constante, “a las
mujeres y varones violados nos costó mucho hablar del tema, me daba vergüenza
no podía probarlas”
Recordó a sus compañeras de prisión
como Dora Weisz con su hijita “Poty”, Eva Garrido, Soledad López, Gladys
Artunduaga, Ninfa Cofre, Hilda Figueroa, Olga Demitrópolus, “ una chiquita de Ledesma creo que tenía 15
años”, Marina Vilte, Eublogia Garnica que “tenía las muñecas y los tobillos
infectados por estar tantos días atada en Guerrero”. “En junio llevaron a
Alicia, Juana y Dominga las aislaron y las sacaban para torturarlas”
“Estamos sentenciadas, nos van a matar”
Las detenidas casi no tenían
comunicación entre ellas pero a Dora Weisz se le permitía estar más tiempo en
el patio por su hijita lo que aprovechaba para recorrer el pabellón e irse
enterando e informando al resto de sus compañeras; a veces eran las celadoras las que comentaban.
Un lugar de encuentro era el baño. Como
podían se informaban las unas de las otras, así es que sabían que Alicia Ranzonni tenía afectado el oído por
los golpes que le daban, que Dominga tenía cáncer y por eso la picana era
siempre en la vagina. Mercedes coincidió con Juana en el baño del penal, en la
pileta de lavar y vio su cuerpo lleno de moretones.
Un momento especial se produjo en la
sala cuando relataba el momento en que el comisario Jaig las fue a buscar para
no volver. Gladys Artunduaga le alcanzó un abrigo a Juana quien a su vez le
entregó una cadenita para su hija que solo era una beba y le dijo que sabían
que de allí ya no volvían.
Sentadas una al lado de la otra se encontraban
en la audiencia Laura López(hija de Juana Torres y destinataria de la
cadenita) Roxana Giribalddi (hija de
Osvaldo Giribaldi) y Eva Arroyo (hija del Negro Arroyo), abrazadas dándose
fuerzas y sosteniendo en esta circunstancia a Laura. La cadenita se perdió en
la cárcel de Devoto donde en la requisa quedaron las pertenencias de las
detenidas que jamás le devolvieron.
Mercedes confirmó que, contrariamente
a lo que sostuvieron los penitenciarios, militares y abogados defensores en lo
que va de este juicio y el primero, la cárcel pasó a control del Ejército en
noviembre de 1975 y no recién a partir del 24 de marzo de 1976.
En su extenso relato
también citó nombres concretos de varios policías y militares implicados en
secuestros y torturas. También el acoso
de parte de Ortiz aún cuando estaba en libertad.
Mercedes pidió que la
Justicia se acelere pues los culpables no son castigados porque van muriendo
por la edad pero lo peor es que se llevan consigo muchos secretos.
Santos Jesus Vazquez: ex penitenciario, con pocos y confusos recuerdos, no realiza aportes
importantes, solo el detalle de que después del golpe de estado había “internos
especiales, subversivos” con quienes los penitenciarios tenían orden de no
comunicarse.
La próxima audiencia está programada
para el miércoles 2 de octubre a las 09.30 en el Colegio de Abogados.