Bajo el lema "Abracemos la Vida”, el Ministerio de Salud de Jujuy conmemora el Día Mundial de Concientización sobre el Linfoma, con el objetivo de promover un diagnóstico temprano.
El linfoma es un conjunto de enfermedades que se desarrollan en el sistema linfático y el sistema inmunitario. Los linfomas malignos son un grupo de tumores que se originan en ganglios linfáticos y en general, es un tipo de cáncer que se desarrolla cuando se produce un fallo en la forma de actuar de los linfocitos (células blancas de la sangre que ayudan a luchar contra las infecciones).
Existen diversos tipos de linfomas que se comportan, propagan y responden a tratamientos de manera diferente; agrupándose en los conocidos por el nombre de linfoma Hodgkin que es el más conocido y Linfoma No Hodgkin.
Además los linfomas se agrupan por su agresividad; los cuales se denominan indolentes, agresivos y altamente agresivos. Los primeros son de crecimiento lento y aún sin ningún tratamiento, los pacientes suelen vivir muchos años sin presentar problemas a causa de la enfermedad, por lo que no se recomienda ningún tratamiento hasta que se desarrollan los síntomas.
En cambio, los linfomas agresivos y altamente agresivos crecen rápidamente y sin un tratamiento adecuado la esperanza de vida de estos pacientes es de semanas o meses. Cabe destacar que la mayoría de los linfomas agresivos y altamente agresivos responden bien a la quimioterapia y muchos de ellos se curan.
Por esta razón, reconocer los síntomas es fundamental para conseguir un diagnóstico precoz y un tratamiento más temprano, ya que su identificación es primordial para comenzar con el proceso medico adecuado, puesto que algunos de ellos se suelen confundir con enfermedades o malestares de bajo riesgo.
Los síntomas más comunes suelen ser: hinchazón indolora en un ganglio linfático, normalmente en el cuello y las axilas, aunque puede ocurrir en cualquier otra parte del cuerpo generalmente no existe dolor, sobre todo en la primera etapa en el desarrollo del linfoma; escalofríos y cambios de temperatura; fiebre, especialmente por la noche, y excesiva sudoración; pérdida de apetito y de peso; fatiga y cansancio persistente; tos constante y dificultades en la respiración; sarpullido y/o picazón en todo el cuerpo sin causa aparente; inflamación en las amígdalas y dolor de cabeza.
Actualmente la base del tratamiento de los linfomas son la quimioterapia y la radioterapia. Es muy importante realizar un diagnóstico preciso y un buen estudio de extensión de la enfermedad, ello permite tener todos los datos necesarios para decidir el tratamiento más adecuado.