Macaulay Culkin supo ser un niño que encantaba al público desde Mi pobre angelito,film que tuvo una secuela con él como protagonista. No obstante, para el actor de 37 años, esa película que lo llevó al éxito es un calvario y así lo explicó en el programa de Ellen DeGeneres.
El actor que demandó a sus padres por explotación infantil y que tuvo problemas con las drogas, ahora vive una etapa más tranquila y es por eso que Ellen decidió invitarlo a su ciclo a hablar sobre sus vivencias. "Estoy tan contenta de conocerte -dijo la conductora-. Hay un misterio alrededor tuyo, no hacés mucho esto (dar entrevistas), pero te ves igual, parece que tuvieras 4 años".
Culkin, divertido, le contestó: "Sí, es una tortura y una bendición. Puedo entrar a cualquier restaurante sin reserva, pero mientras espero, todo el mundo me mira". Luego, DeGeneres le preguntó sobre si veía de vez en cuando el film de 1990 y él contestó que no, que lo volvió a ver sólo cuando grabaron un especial para los 15 años del film, "como cualquier ser humano responsable", la noche anterior, y "nunca más".
Pero Mi pobre angelito suele ser una película que pasan seguido en la televisión de los Estados Unidos, más que nada en Navidad y en el día de Acción de Gracias. "Durante esa época tampoco salgo de casa. Es mi temporada, la temporada de Macaulay", dijo entre risas.
La conductora aprovechó para preguntarle si muchos le piden que haga el gesto típico de su personaje, cuando se toma el rostro con las manos y grita. "Sí, es así -contestó-. Les digo que no... ya lo hice. Tengo 37 años ahora, amigo, pero todos quieren que lo haga".
Además, Culkin dijo que decidió dejar la actuación a los 15 años para poder terminar la secundaria. "Fue una gran experiencia porque por primera vez estuve rodeado de gente de mi edad", explicó.