DETALLES DE LA VENTA DE LA ESPERANZA


Durante su alocución frente a los legisladores, el ministro recordó que en el año 1995 el Ingenio entró en proceso de cesación de pago y concurso preventivo, hasta que finalmente en el 2000 “y luego de no poder solucionar la situación, se declara la quiebra a través de la solicitud de la empresa de un medio con asiento en San Pedro”.
Este proceso de quiebra, agregó Abud Robles, quedó abierto buscando una serie de soluciones a las que no se pudo arribar hasta el año 2010, cuando se hace un contrato de arrendamiento con la empresa Benito Roggio. “Este fue otro  de los ensayos que se hicieron para poder sacar adelante la empresa pero que no obtuvo solución, por lo que se extendió hasta el 2013 y en abril de ese año, venció”, explicó.
Como alternativa el ejecutivo provincial, a través de un decreto, aprueba el Programa de Asistencia Financiera con el objetivo de brindar apoyo técnico y económico, “asegurando los trabajos preparatorios de la zafra del 2013, que después se convierte del 2014 y 2015 y llega hasta que nos hacemos cargo, sin solución de continuidad y con una situación terriblemente deficitaria”, remarcó el funcionario y mencionó que en el año 2008, se inicia un proceso de venta pero el mismo queda sin efecto.
En esa línea Abud Robles señaló que cuando asume la actual gestión gubernamental, se logra la aprobación de la Ley N° 5.929 de “Emergencia Económica, Productiva y Social en el Departamento de San Pedro, y en particular, en las Localidades de La Esperanza, Parapetí, San Antonio, El Puesto, Arrayanal, La Manga y Miraflores, a partir de la situación de quiebra del Ingenio La Esperanza”, con el propósito de llevar adelante el saneamiento de la empresa y se designa al Ministerio de Desarrollo Económico y Producción como autoridad de aplicación.
“Nosotros estábamos decididos a sacar adelante, elaboramos un plan de trabajo pero necesitábamos del apoyo del gobierno nacional porque había una deuda pos concursal que en ese momento era de 60 millones de pesos, más la deuda con Afip, Enargas y otros organismos nacionales que eran cuantiosas”, sostuvo el ministro quien destacó que la Nación prestó todo su apoyo para encarar el plan de trabajo delineado en busca de “devolverle la competitividad a La Esperanza, sacarlo de la situación de quiebra y que se reinicie el proceso de venta”.
Abud Robles recalcó que al momento de hacerse cargo del complejo productivo, el mismo tenía un cuantioso déficit que se profundiza en el año 2013.
A modo de ejemplo detalla que “en el año 2013/2014, el ingenio tenía ventas por 133 millones de pesos y egresos por 312 millones, ese año el aporte del estado fue de 161 millones de pesos. En la zafra 2014/2015 había ventas por 231 millones pero solo en los gastos había un resultado bruto negativo de 262 millones de pesos, costos fijos de 254 millones, mano de obra de 349 millones y un resultado negativo de 400 millones que después se va a 486 millones de pesos con la deuda anterior. Ahí el estado tuvo que aportar 216 millones de pesos”.
“En el año 2015/2016, con una venta de 224 millones, teníamos previsto un déficit de 646 millones de pesos, en el cual el estado tuvo que aportar 370 millones de pesos. Más una deuda a corto plazo de 1594 millones de pesos en ese momento”, precisó el ministro dando cuenta de la alarmante condición en la que se encontraba La Esperanza al momento de asumir la actual gestión gubernamental y que llevaron a implementar el ambicioso proyecto de reconvertir el ingenio y “ponerlo en situación de competitividad y que sea tentador para los inversores”.
En ese marco hizo hincapié en las malas gestiones realizadas en el 2013, hechos que afectaron de manera rotunda la estabilidad del complejo, hundiéndolo “en un profundo déficit” ya que además de no tomar en cuenta “los indicadores operativos  de ese momento”, se decide implementar la mecanización en los procesos de cosecha “pero no se prevé la compra de las maquinas, por lo cual se arrienda toda la maquinaria y consecuentemente se duplican los costos y el déficit”.
“Esto es lo que llevó a que el ingenio, cuando nosotros nos hacemos cargo, tenga un déficit de prácticamente 640 millones de pesos y había que actuar rápidamente para poder llevar adelante esta transformación”, enfatizó el titular de la cartera productiva y resaltó que una de las principales cuestiones a resolver fue la condición de la planta trabajadora, a la cual se les ofreció alternativas para no producir despidos.
“Había que tener el coraje de revertir esta situación y tomar decisiones que son firmes y duras pero que también le dan una solución definitiva a todo este proceso de inseguridad que ha vivido San Pedro”, ponderó Abud Robles.
Finalmente aseguró que por las irresponsables decisiones tomadas durante 20 años,  lograr nuevamente la competitividad del ingenio “nos llevó más de dos años, pero decidimos ponernos a trabajar para concluir este proceso y darle una gran oportunidad a La Esperanza y a toda la región que es el poder venderlo”.
             
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Periodista: huellas de jujuy

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