Primer debate: Mauricio Macri apuesta a agitar la campaña y Alberto F. a mostrarse como un candidato moderado

Duelo presidencial por TV

Pese a las dudas iniciales de Alberto Fernández, finalmente los seis candidatos confirmaron su participación este domingo en el primero de los dos debates presidenciales previos al comicio del 27 de octubre. Organizado por la Cámara Nacional Electoral, el arranque tendrá lugar en el Paraninfo de la Universidad del Litoral, cuya sede es la capital santafesina, a las 21.
Por sorteo, a Mauricio Macri le corresponderá hablar en la apertura. El primer tema que abordarán asoma como uno de sus puntos fuertes: las relaciones internacionales. Seguramente buscará un contrapunto sobre Venezuela con el candidato del Frente de Todos.

Una recorrida de Clarín por los campamentos de las distintas fuerzas refleja de qué modo se preparan los candidatos para el duelo.El momento más difícil lo tendrá el Presidente frente a los ejes siguientes, economía y finanzas, donde Fernández, José Luis Espert y Roberto Lavagna planean un papel destacado. Los otros dos candidatos, Nicolás del Caño y Juan José Gómez Centurión, buscarán lucirse en el tercer bloque, derechos humanos, diversidad y género, que incluirá la polémica sobre el aborto.

La estrategia de Macri
Para mantener la expectativa sobre las chances de un balotaje, en la Casa Rosada especulan con metáforas futbolísticas, habituales para el Presidente. Sus estrategas analizan que el candidato del Frente de Todos eligió replegarse, “colgarse del travesaño” por el triunfo en las primarias. Creen que resulta previsible, aunque no exenta de sobresaltos: si Macri consigue meterle algún gol, estaría a tiro de descontar la ventaja.
Admiten que también hubo repliegue en Juntos por el Cambio, con la prioridad en conservar el voto propio y hacer foco en sitios favorables. Ahora el Presidente apostará a que el partido empiece a moverse. Tiene pensado calentar el clima durante el debate, como punto de partida de un giro discursivo en el tramo decisivo de la campaña.
El grupo de optimistas, entre los que se mantiene Marcos Peña -los que insisten en que Macri puede remontar los 16 puntos de las PASO-, sostiene que el candidato oficialista depende de jugadas propias para poner en aprietos al rival. “En las PASO, un 40% definió su voto en los últimos días”, se entusiasman.
Para el formato rígido del debate, esta vez no hubo sparring ni ensayos de posibles cruces, como en 2015. Un equipo liderado por Peña, con Hernán Iglesias Illia, Julieta Herrero, Iván Petrella y Alejandro Rozitchner, preparó el discurso para cada eje. Jaime Durán Barba y Santiago Nieto también se acercaron con consejos a la Casa Rosada.
El macrismo remarca que se trata del primer presidente que participará de un debate y que acaso no reciba todos los dardos: por el resultado de las PASO, algunos podrían ir a Alberto F. Los estrategas no sueltan prenda sobre la posibilidad de que Macri vaya al choque de entrada. Ni sobre la chance de una sorpresa.
A nadie le pasa inadvertido que últimamente el Presidente, más que disputarle votos al Frente de Todos, hizo gestos hacia el núcleo duro conservador, que en parte se inclinó por Juan José Gómez Centurión: la señales contra la despenalización del aborto o el homenaje a los soldados muertos en un ataque de Montoneros.
Los ejes discursivos que más resuenan son los de Patricia Bullrich y Miguel Pichetto, en la misma línea: contra las organizaciones sociales, referentes del kirchnerismo como Axel Kicillof y Juan Grabois, los extranjeros que cometen delitos. Desde el equipo de Peña niegan una estrategia concentrada en retener el porcentaje de las primarias y sostienen la doble apuesta de consolidar el electorado propio e ir a buscar el “voto posible”.
Así y todo sobresalen las palabras de la ministra de Seguridad y el candidato a vicepresidente, acaso porque en otras áreas como la economía al Gobierno le cuesta levantar la voz. También porque después de la derrota no resulta tan sencillo articular el discurso, y a su vez quedan expuestas internas como entre Elisa Carrió y Nicolás Massot.
El rincón de Alberto Fernández
- Si yo fuese perdiendo por 20 puntos quizá saldría a atacar. Bah, no sé lo que haría.
De a poco, a desgano, el candidato del Frente de Todos se puso a leer los informes que le acercaron sus colaboradores: un punteo de sus frases, un detalle con los ejes más “fuertes” de los otros candidatos y una speach sobre con qué podrían atacarla.
Ante una previsible postura aguerrida de Mauricio Macri, Fernández dijo la frase que abre esta crónica. La completó así: “No sé qué haría porque como está la elección, no hay nada que pueda hacer”.
Se refería a la chance de Macri de dar vuelta la elección, cuando sus encuestas le muestran 22 puntos arriba del presidente. Lo mismo lee sobre las marchas del #SíSePuede. En una charla relajada con su equipo, hasta se permitió lamentarse por la situación de Macri. Fue un segundo nomás. Después volvió a la caracterización que hace, siempre, sobre el jefe del PRO. “Una desgracia como presidente, una desgracia para el país”.
Fernández sabe que el candidato de Juntos para Cambio, al igual que Roberto Lavagna y los demás postulantes, buscarán llevarlo al terreno de la pelea, del cuerpo a cuerpo. Pero no teme ni se preocupa. “El debate no cambia un voto”, asegura.
“Está claro que tratarán de confrontar, de hacerlo enojar para que él los suba al ring. Pero Alberto tiene training y no va a entrar en ninguna discusión” explica un colaborador.
¿Con qué, cree, que lo van a torear? Un capítulo que anotó el staff del Frente de Todos es Cristina Kirchner y las investigaciones en la Justicia. “Macri tiene cien causas de corrupción ¿puede decir algo de eso? Cien”, detalla.
Fernández no entrenó. No aceptó, tampoco, el juego de roles, un debate imaginario contra un asesor que oficie de Macri. Su única obsesión, en los días previos, fue encontrar la síntesis para poder explicar en poco tiempo algunas ideas fuerza.
Además de descreer del impacto electoral del debate, Fernández considera que el poco tiempo de cada candidato para explicar temas profundos reduce la eventual utilidad de la riña televisada.
Sobre el final de la semana, el candidato aceptó resolver cuestiones operativas, como definir quieren serán los quince invitados que estarán con él en Santa Fe.
Pero ni el día previo lo dedicó, a pleno, al debate. Temprano, luego de la decisión del gobierno de romper relaciones con Venezuela, leyó y respondió mensajes de diplomáticos extranjeros que lo consultaron consultarlo sobre su posición y le trasmitieron, dijeron a Clarín, que no comparten lo resuelto por el Palacio San Martín.
Alberto F. intuye, según confió a los suyos, que fue otro movimiento arrebatado de Macri en clave electoral, como si el tema Venezuela fuese un tema de impacto político. Considera insólito ese razonamiento. Trasmite, en tanto, que si bien comparte la postura expresada por Uruguay y México, cree que el tema se puede llevar a la mesa de debate del grupo de Lima. Lo charló en su visita a Perú.
“¿Macri reconoce solo a la embajadora de Guaidó pero deja a su embajador en Caracas? ¿Y si cierra la embajada allá renuncia a proteger a los argentinos en ese país y a facilitador asilo de venezolanos en Argentina?”, se preguntó un colaborador que lo interpreta.
Viaja a Santa Fe junto a su equipo hoy a media mañana. El scrum que eligió para escoltarlo puede leerse como un indicio del mapa de poder y de su potencial gabinete, tal como reveló este diario. Estarán de Felipe Solá Sergio Massa, de los gobernadores Omar Perotti y Gustavo Bordet, a la diputada Luana Volnovich,, de Nicolás Trotta a Agustín Rossi -que seguiría como jefe del bloque del panperonismo-, además de Santiago CafieroWado De Pedro , Matías Kulfas y Cecilia Todesca.
Podría, sobre la hora, sumarse otra figura. Fernández pidió que inviten a Daniel Scioli que, si no llega a estar en Santa Fe, seguro formará parte del episodio del domingo 20 en la Facultad de Derecho. “Daniel, ahí presente, será un recuerdo en vivo de todas las mentiras que dijo Macri en el debate del 2015”, explicó un dirigente.
Roberto Lavagna, insistirá con el mensaje "antigrieta" y evitará cruces
“Sin marketing ni chicanas. Todo contenido, propuestas”. Ese es el estilo con el que Roberto Lavagna pretende diferenciarse del resto de sus competidores en el debate presidencial de este domingo en Santa Fe.
El candidato de Consenso Federal se empezó a preparar en las últimas semanas junto a sus equipos técnicos en las temáticas que serán eje de la discusión. Sin embargo, no aceptó “coaching”. Se recostará sobre su experiencia como ministro de Economía. "Queremos hacer hincapié en lo que más se le reconoce: su capacidad de sacar adelante al país. No se va a rebajar a politiquería, él es un estadista", afirman en el entorno.
La confianza es el valor en el que cimentó la campaña. De hecho, el último spot que sacó el espacio muestra a Lavagna caminando por la ciudad mientras diferentes personas se le acercan a decirle "en vos confío".
El mensaje anti grieta con el que se lanzó a la presidencia también estará presente. Lavagna repite en cada una de sus presentaciones que tanto el modelo de Mauricio Macri como el del kirchnerismo representado en Alberto Fernández, "ya fracasaron". En el debate también lo hará.
Sin embargo, no buscará confrontar. Según dicen en su equipo, no utilizará los segundos extras que cada candidato tiene según el reglamento para hacer preguntas ni atacar. "La idea es aprovechar al máximo el tiempo para dar propuestas. Fuimos los únicos que en las PASO las presentamos formalmente", aseguran.
Por eso, Lavagna recordará las ideas que, según acusa, el oficialismo "le robó", como la emergencia alimentaria, la quita del IVA, la baja en Ganancias. En Consenso Federal apuestan a que la visibilidad del debate les permita llegar a lugares donde no pudieron y ganar nuevos votos. Sobre todo, de los desencantados de Mauricio Macri.
A la Universidad Nacional del Litoral lo acompañarán su candidato a vicepresidente, el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, y su principal socio, el gobernador socialistas de Santa Fe, Miguel Lifschitz.
También el candidato a gobernador bonaerense Eduardo "Bali" Bucca, y su hijo y candidato a diputado por la Ciudad, Marco Lavagna, entre otros.
Nicolás Del Caño: contra los ricos, los antiabortistas y la precarización
El postulante del Frente de Izquierda, se asesoró con el equipo de La Izquierda Diario, periódico web del PTS, la fuerza a la que pertenece. “Habíamos planteado que hubiera preguntas cruzadas entre los candidatos, pero fue rechazado por la Cámara Electoral”, se quejan sus colaboradores.
Pondrá el foco en demostrar que la crisis tiene claros ganadores y que ese sector social es el que debe pagar los costos y no los trabajadores. Impulso a la ley de aborto y situación laboral de los jóvenes serán sus otras banderas.
Juan José Gómez Centurión: rechazo al aborto para apelar al votante del interior
El candidato del Frente Nos planea presionar a Macri y a Alberto Fernández para que digan si están a favor o en contra de la despenalización del aborto. Su objetivo de máxima es que el candidato K reitere en público su definición en una entrevista a favor de impulsar una ley de ese tipo “de inmediato”.
Pretende apelar al votante “del interior, peronista, conservador”, dicen en su entorno. Y así intentará arrebatarle votos al Frente de Todos. Además, pondrá el foco en la defensa del orden, la propiedad privada y la libertad de expresión.
José Luis Espert: lengua filosa, discurso liberal y dardos hacia los K
El candidato del Frente Despertar tiene como objetivos posicionarse como el mejor opositor al kirchnerismo, mostrarse como el único candidato “antisistema” y destacar su perfil “liberal”, con el foco puesto en la cuestión económica.
“Tendrá lengua filosa. Se maneja muy bien con la polémica, en televisión, y será el último en hablar en el debate presidencial”, dicen en su equipo. Ya viajó con su esposa y se sumarán su vice, Luis Rosales; además de los candidatos legislativos Gonzalo Díaz Córdoba y Jorge Reta, entre otros.
La puesta en escena
Macri estará a la izquierda del escenario, visto desde de los espectadores. Hacia la derecha, Espert, Gómez Centurión, Lavagna, Alberto F. y Del Caño. Estarán de pie, ante un atril y un asiento alto. Lo único que podrán tener los candidatos en sus atriles serán hojas en blanco, una lapicera y la rutina del programa, provistas por la organización de los debates.

Textos de Alejandro Alfie, Martín Bravo, Pablo Ibáñez, Jazmín Bullorini y Nahuel Mercado Díaz
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Periodista: Huellas de Jujuy

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