Mauricio Macri yo lo había advertido, incluso días antes, cuando también a través de las redes sociales promovió el acompañamiento al Gobierno, aunque ya parecía inminente la aprobación del Congreso de la Ley Bases y el paquete legislativo: era el último gesto hacia Javier Milei.
La excusa fue contundente, la falta de envío de fondos por la quita de la coparticipación que el kirchnerismo le aplicó unilateralmente a la Ciudad en plena pandemia en setiembre del 2020. La Corte hizo lugar a la cautelar del gobierno porteño, pero ni Alberto Fernández ni Javier Milei le mandaron un sólo peso.
Hasta ahora, Jorge Macri miraba para otro lado porque se mantenía la recaudación de ingresos brutos por las letras y pases del Banco Central que había aplicado Ciudad como reacción a la quita. Pero había dejado en claro en los dos encuentros con el ministro de Economía, Luis Caputo, que si esos ingresos se caían debía empezar a enviarle los fondos correspondientes. Cayeron y nada ocurrió.
La jugada fue a tres bandas. El martes por la noche Jorge Macri habló de una deuda de de 2 mil millones de dólares, recordó la postura de la Corte para que se cancele y le pidió a Milei cumplir con la ley. En un tono que redobló este miércoles su primo Mauricio, aludiendo a la necesidad de respetar las leyes y al Alto Tribunal. La tercera jugada de la movida ajedrecística fue el proyecto presentado por el bloque PRO con Cristian Ritondo a la cabeza, solicitando ejecutar la decisión de la máxima instancia judicial de devolver los fondos a la Ciudad. Claro que los diputados bullrichistas filo libertarios Damián Arabia y Fernando Iglesias, no lo firmaron.
Pero las razones de Mauricio Macri son muchas más. En primer lugar, sabe que Milei avaló que distintos funcionarios clave de su gestión, como el ex Jefe de Gabinete Nicolás Posse y el asesor presidencial Santiago Caputo le cerraran sistemáticamente las puertas del Estado a dirigentes macristas.
Una de las cosas que más enervaron al ex mandatario y su entorno es que Milei haya preferido mantener a 1800 funcionarios de la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner antes de dejar que los macristas ocupen esos lugares. En la Casa Rosada rechazan, lo que consideran, sería un “copamiento” del Gobierno de dirigentes amarillos.
El otro factor que casi obliga a Macri ha tomar distancia de Milei es la pérdida de identidad del PRO. Todas las encuestas sostienen que el tradicional electorado del PRO considera propio al gobierno de Milei. Máxime, después de que la fórmula presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich-Luis Petri, se integraran a la nueva administración como ministra de Seguridad, y ministro de Defensa, respectivamente.
En el bunker macrista de Vicente López, pero también en la sede porteña de Uspallata no cayó nada bien el desembarco de Karina Milei en la Ciudad para abrir las afiliaciones a La Libertad Avanza.
Si bien días atrás el propio Milei habló de una posible fusión de los libertarios con el PRO para las elecciones legislativas del próximo año, pocos creen que la intención final sea esa. “Javier lo dice, pero es un abrazo del oso a Mauricio. A nosotros hoy nos conviene confrontar con el PRO, y quien sabe si no le ganamos la Ciudad”, se ufana un legislador libertario.
Las versiones lanzadas sobre una posible candidatura de Bullrich en la Ciudad, van en esa misma línea. Y obligan a las contra-versiones de que a Mauricio Macri de postularse al Senado el año próximo, sólo para retener el voto del PRO.
El riesgo de cualquier definición en este momento, es que se anticipe demasiado una pelea interna entre Macri y Bullrich, y entre Macri y Milei, cuando nadie sabe a ciencia cierta cómo llegará el Gobierno al 2025
fuente:https://www.clarin.com/opinion/detras-enfrentamiento-mauricio-macri-javier-milei_0_yi15invpTV.html