“Para algunos radicales ciento cuarenta años de vida de un partido político parece no valer nada y en el afán de lograr votos demostraron que son capaces de colocarse detrás de cualquier figura política y entregar las estructuras partidarias al mejor postor”, estas duras apreciaciones le pertenecen al Presidente de la bancada de legisladores provinciales del justicialismo, Javier Hinojo, quien sin titubeos criticó a la dirigencia radical y a su principal figura en Jujuy, Gerardo Morales.
El accionar del Senador Gerardo Morales no me extraña para nada. Con sus actitudes dejó en evidencia que es igual a Elisa Lilita Carrió, un denunciador serial, crónico, que no tiene ningún proyecto político y que ha priorizado siempre sus apetencias personales por sobre los interés del partido. En 2007 no tuvo ningún inconveniente en formar parte de la fórmula presidencial de Lavagna, ahora se coloca detrás de la derecha más recalcitrante como lo es Macri, o se pone en el vagón de cola de Massa”.
Hinojo también describió en su análisis la inconsistencia que presenta el radicalismo y sus aliados que “crearon la Coalición Cívica y al año desapareció, y en 2014 formaron el Frente Amplio Unen y a los pocos meses comenzó a desmembrarse”.
Aludiendo a Morales y a toda la dirigencia opositora, sostuvo que “su único proyecto político es terminar con el kirchnerismo, sin decir que quieren para Jujuy o para nuestro país”. Asimismo, afirmó que todos los candidatos que anuncian han sido funcionarios de este gobierno nacional, como Sergio Massa, ex jefe de gabinete, y Martin Loustau, ex ministro de Economía.
Haciendo un paralelismo con Jujuy, citó que Carlos Daniel Snopek, que se muestra desde hace un par de años opositor al actual gobierno, fue uno de los fervientes defensores de este modelo en la Cámara de Diputados de la Nación, cuando presidia la Comisión de Presupuesto.
Refirió que la gente se está dando cuenta que la oposición carece de un proyecto político y que esta nueva alianza que pretenden utilizar como herramienta electoral “es un rejunte de individualidades, con pensamientos opuestos, que confluyeron en el mismo espacio con el solo propósito de destruir y no de construir”.
Del mismo modo, apuntó que ese tipo de proyectos duran lo que dura el interés electoral. “Los ciudadanos recuerdan con pesar lo acontecido con la Alianza que llevó a la presidencia a Fernando De la Rúa. Intuyen que es un salto al vacío, porque saben que sus referentes carecen de un contenido y de una ideología con pertenencia partidaria. Por ello, como ya sucedió, cuando llegan al poder fracasan. Esto pasó en 2001 con un presidente que, ante la crisis social y económica, tuvo que abandonar el gobierno, del cual Gerardo Morales fue viceministro de Desarrollo Social”, acotó.
Luego, ironizando, manifestó que “alguien tiene que correrle la piedra que tienen en frente, para que dejen de tropezar una y otra vez con ella”. No obstante ello, precisó que lo que viene “se presenta como un agudo problema para el radicalismo”, aunque aclaró que ese es un problema ajeno al justicialismo, que, sin embargo, se frota las manos ante las idas y vueltas que muestra la oposición.
“Ser dirigente político es muy distinto a, por ejemplo, ser un jugador de futbol, porque se pertenece a un movimiento o fuerza política y no se juega en el club que más convenga o que más paga”, subrayó.
En esa línea puntualizó que el peronismo tiene un proyecto firme y sincero de gobierno, que es trabajar por el bien común y no individual, y darle previsibilidad a la gente. “No nos montamos sobre emprendimientos demagógicos, nos sobran candidatos, lo que nos garantizará una nueva victoria”.