Doce personas perecieron a manos del ISIS y fueron quemadas vivas en el centro este de Huwayja, uno de los más importantes centros de la resistencia yihadistas ubicado entre Kirkuk y el río Tigris, en Irak.
De acuerdo a lo informado por la policía de Kirkuk, los civiles asesinados por el Ejército Islámico fueron ingresados en una jaula, de inmediato rociados con combustible y luego quemados vivos.
Entre esas personas que fueron asesinadas había una familia completa de cuatro miembros y un predicador, Abu Qutaiba, quien el viernes deslizó en un sermón que el líder del grupo terrorista, Abu Bakr al Baghdadi, había muerto en un ataque de la aviación rusa. No le perdonaron su “error”.
Las 12 personas que murieron fueron capturadas previamente por milicianos del ISIS mientras trataban de huir. Los yihadistas les ataron las manos a sus víctimas, las ubicaron en jaulas de metal y las quemaron vivas delante de todos para marcar un ejemplo de represalia para todos los que intentaran huir.
No es la primera vez que el Estado Islámico quema vivas a sus víctimas. El 3 de febrero de 2015 se conoció que el grupo terrorista había asesinado de esa brutal manera a Maaz al Kasasbeh, un piloto jordano tomado prisionero.