JORNADA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN PLAZA BELGRANO

La Tupac Amaru, el Frente Unidos y Organizados por la Soberanía Popular (FUyO) y la Red de Organizaciones Sociales se sumaron a la campaña #NiUnaMenos. Desde las 10 de la mañana en Plaza Belgrano iniciaron una jornada de concientización contra la violencia de género en todas sus formas. La actividad culminó con la participación en la concentración convocada por la Multisectorial de Mujeres a la que Milagro Sala reivindicó por acompañar a las víctimas de casos de violencia en Jujuy y por su lucha para concientizar sobre la problemática.

Con el lema "No más muertes. La violencia de género es un problema de todas y todos", la Tupac Amaru, el FUyO y la Red de Organizaciones Sociales junto a los organismos de Derechos Humanos se sumaron a la campaña nacional #NiUnaMenos.

Con folletería de concientización y una radio abierta, desde las 10 de la mañana la Plaza Belgrano fue el escenario elegido para sumarse a la campaña nacional contra la violencia de género a nivel provincial. "Basta de violencia obstétrica, basta de violencia institucional; por un Registro Nacional de Prevención y Protección para las Mujeres y por la aplicación efectiva de la ley 26485, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales” fueron algunas de las demandas sobre las que se trabajaron durante la jornada.

Milagro Sala relató anécdotas de mujeres que fueron víctimas de distintas formas de violencia de género y reivindicó el rol de las organizaciones sociales en la contención y en la reivindicación de la mujer como tal. También habló de una de las tantas formas de violencia contra la mujer, más sutil que la física o verbal: la económica. En ese marco, aseguró: “En las organizaciones sociales las mujeres comenzaron a tomar un protagonismo muy fuerte. Hoy el 80 % de las mujeres están dirigiendo la organización: en las cooperativas, en las fábricas, en varios lugares. Trabajan de igual a igual y buscan mejorar. Y esto les permite mejorar la calidad de vida, poder vivir un poco mejor, que tengan la posibilidad de tener su tarjeta, de comprar las zapatillas para el hijo y que no tengan que depender de que el marido les de plata para darle de comer a los chicos. En las organizaciones sociales las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres. Ya no vivimos en la época en la que las mujeres tienen que agachar la cabeza y estar esperando al marido con la comida caliente”, dijo.

“Las mujeres no tenemos que justificar que nos levanten la mano. A veces se sufre violencia verbal que a veces duele mucho más que un golpe. La violencia verbal daña psicológicamente. Nosotros tenemos muchas compañeras que al principio iban con la cabeza agachada y lloraban y uno le preguntaba por qué se dejaban pegar y ellas justificaban que las habían golpeado porque ellas tenían la culpa, porque no habían hecho la comida. Y en el hogar es la pareja la que se tiene que hacer cargo, no únicamente la mujer. Y hay que tomar conciencia para que de una vez la violencia se termine”.

También cuestionó a las fuerzas policiales que muchas veces desestiman las denuncias de víctimas. “Cuántas veces las mujeres han sufrido atropellos”, reclamó. Y cuestionó: “Cuando uno se mete a hacer política cuestionan que sea una mujer la que gobierne o la que dirija una organización social”.

Por último, Tasha, del grupo de diversidad de género, fue una de las tantas que en la radio abierta recordó una anécdota personal que tomó como ejemplo para que las mujeres se animen a decir basta a la violencia de género y puedan cambiar su vida. Recordó: “Mi mamá tiene 71 años y me tuvo cuando tenía 40. Ella crió a mis otros 5 hermanos sola. Se fue obligada a los 15 años con un tipo que era chupador que la llevó y tuvo su primer hijo. La golpeaba, la maltrataba, la humillaba, le hacía de todo. Hasta que ella se cansó y se fue y empezó sola. Se puso una casilla que le prestaron y empezó a buscar trabajo de una forma u otra. Hay muchas mujeres que luchan y hay que llevarse esos ejemplos. Hoy mi madre tiene 71 años y una familia numerosa. ¿Qué hubiese pasado si ella se quedaba ahí? Por ahí hasta el marido la terminaba matando. Muchos no pensamos que a veces por quedarnos callados las consecuencias son más graves. Es una la que tiene que decir basta y decir que merece otra vida. Hoy mi mama esta casada, con una familia hermosa. La violencia se tiene que cortar porque si no se corta arriba después se sigue reproduciendo. Hijos que ven situaciones de violencia después son violencia y se forma una bola de nieve. Digamos basta y nunca más”.
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Periodista: Jesus Janco

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