Dice Facundo Cabral:
“Quisiste atrapar el ave, y sólo la enjaulaste…quisiste ser su señor, y sólo la has matado. Hermano; te equivocaste, la fuerza no está en las manos. Para ser dueño del ave, no hay que tenerla en las manos, sino dejarla volar y gozar de su color y libertad. Su canto, no nos sirve de alegría, si es a costilla de su llanto”.
Excelente
reflexión, y nos preguntamos: Qué delitos cometieron los animales
irracionales, que nosotros los racionales, nos sentimos con derecho a
ponerlos en jaulas? No
creo que ningún animal merezca estar confinado toda su vida en un lugar
al que no pertenece, viven en cadena perpetua sin haber cometido crimen
alguno.
Quitarles
la libertad a los animales, que fue otorgada por la Naturaleza para
algunos, para otros por Dios, es parte del capricho humano, y deja
flotando una pregunta que, quizás, debió ser hecha hace mucho tiempo
atrás: Los zoológicos, muchos de ellos disfrazados de reservas, es un
entretenimiento válido en el siglo XXI?
Interrogante al cual le buscamos una respuesta, pero ésta se orienta siempre a la parte negativa.
El
hecho de tener encerrados animales salvajes no autóctonos (tigres,
leones, elefantes, jirafas, etc) indiscutiblemente implica el haber sido
partícipes del creciente comercio ilegal de fauna viva, que moviliza
importantes sumas de dinero y ocasiona una gran mortandad. Se cubre una
cadena de irregularidades y cosas hechas fuera de la ley, comenzando
desde el cazador furtivo, quien mata a los progenitores de la especie y
roba sus cachorros, éste animalito es pasado por contrabando, en la
mayoría de los casos hasta llegar al lugar de su triste destino final.
El animal salvaje es sacado de su hábitat, ya con eso se está rompiendo
una cadena ecológica irrecuperable.
En
todos los casos cuando la especie es trasladada a reservas o
zoológicos, por mucho que se esmeren en brindarles las mismas
condiciones del cual lo sabotearon es inútil, éstas siempre
son adversas a su naturaleza, los animales no se encuentran en buenas
condiciones y eso es “Criminal”, sacarlos de su entorno y ponerlos a la
vista y deleite de los humanos.
Existen
instituciones educativas privadas que tienen supuestas reservas, y
comparan la ecología y el cuidado del medio ambiente con el encierro de
especies, es egoísta lo que plantean, que sirven para el conocimiento de
la vida silvestre…nada más errado; el sentido común nos dice que;
seguramente nadie tiene el mismo comportamiento siendo libre que al
estar encerrados. Si el argumento educativo es importante para
justificar la existencia de los zoológicos, ¿qué esperamos que enseñen
acerca de los animales? ¿Su fisiología? ¿Su comportamiento? ¿La
conservación de especies en extinción? ¿Compasión hacia los animales?
Quizá se podrían también lograr estas metas con documentales,
conferencias y salidas guiadas a ambientes naturales. Es importante la
protección de animales en peligro de extinción y amenazadas, en centros
de investigación con fines reproductivos y de reintroducción, pero no en
zoológicos ya que no son lugares adecuados.
Cierto
es que el niño se entusiasma y desea ver a los animales de cerca; y
condenamos a estos seres, sólo para nuestra distracción, o porque nos
producen curiosidad, pero la responsabilidad como adultos es nuestra de
inculcarles que ellos nacieron libres, y nadie, ni siquiera el ser
humano tiene derecho a quitarles esa libertad que les otorgó la
Naturaleza.
Pedro Martínez, Conciencia Ambiental Tucumán
concienciambientaltuc@hotmail.com