El pasado jueves manifestantes ingresaron a los jardines de Casa de
Gobierno de manera violenta provocando la ruptura de rejas y una
camioneta que estaba estacionada en el lugar, realizando pintadas, ahí
adentro quedaban algunos trabajadores que se encontraban en el interior
del edificio.
Este accionar es incomprensible teniendo en cuenta, sobre todo, que
mientras esto acontecían, parte del gabinete provincial se encontraba
reunido con los máximos referentes gremiales en pos de encontrar una
solución para los trabajadores de la provincia.
Se había anunciado que iba a ser supuestamente la movilización
pacífica, pero en caso de ser así, resulta contradictorio que ante un
reclamo que supuestamente no buscaba el conflicto, se hayan provocado
destrozos en algo que pertenece a todos los jujeños y que forma parte
fundamental de su historia y patrimonio.
La población en su conjunto, ya lo vino manifestando en casos
anteriores; pide el cese de la violencia y son este tipo de actos los
que dan cuenta de que hay sectores que no entienden que la única forma
de solucionar los conflictos es a través del dialogo y del trabajo en
conjunto.
La historia nos enseñó de la peor manera que los totalitarismos y los
atropellos no sirven para nada, únicamente dividen y fomentan una
sociedad disgregada y sin compromiso, por eso es lamentable que en
épocas donde prevalece el dialogo se actué a través de la coacción y la
fuerza.
Al dañar la Casa de Gobierno, se perjudica aquello que pertenece a cada
uno de los jujeños, por eso es imprescindible que se entienda que
mentir es otra forma de violencia; llamemos a las cosas por su nombre y
que se reconozca que la manifestación del jueves no fue pacífica como
algunos quisieron hacer creer.
radio nacional