Investigadores comprometidos con la verdad y jueces en sus despachos

Se cumplió  la audiencia N°24 la última en el que se reprodujeron cinco de los testimonios del primer juicio y que por su contenido ya sea general o particular, se conectaban con las víctimas y/o los imputados de este segundo juicio.
 
A partir de la semana próxima el recinto que se ocupará será la sala “Macedonio Graz” de la Secretaría Electoral Federal con la presencia de todas las partes de este proceso judicial.
   María Pintos, una ex penitenciaria que se desempeñó entre 1968 a 1987 en el correccional de mujeres pero que era requerida en caso de necesidad en el Penal 1, tuvo una muy breve intervención y declaró que las detenidas “vivían encerradas, estaban continuamente en sus celdas sin visitas” pero dijo nunca haberlas visto golpeadas. 

   Inés Izaguirre, socióloga docente en la UBA, autora del libro “Lucha de clases, guerra civil y genocidio en Argentina 1973-1983. Antecedentes, desarrollo y complicidades”, explicó la metodología que usó para sus investigaciones y describió en detalle los procesos políticos posteriores a la Segunda Guerra Mundial y la defensa del capitalismo que hacían los países aliados frente al marxismo, comunismo y socialismo. En Argentina describió en los ’60 el papel de las fuerzas populares estudiantiles, obreras, políticas y sociales algunas de las cuales adquirieron más tarde el perfil de organizaciones armadas. También explicó que la política de seguridad aplicada como disciplinamiento al servicio de la economía fue aplicada desde antes de la dictadura. Sus números fueron contundentes: entre 1974 y 1983 disminuyó en un 35% la cantidad de obreros ocupados, sin embargo aumentó  un 38% la productividad con una reducción del 20% de horas de trabajo y en la misma proporción  redujeron los salarios. En cuanto a las víctimas del genocidio argentino “el 99% pertenecía a sectores populares”. “Hubo una política diferente para el Norte del país” dijo y explicó que en Jujuy, Salta, Tucumán y Córdoba bajo el mando del Tercer Cuerpo con militares como Bussi y Menendez(formados en Vietnam), antes del 24 de marzo de 1976 se producen el 62% de las desapariciones, quedando para el resto del país una cifra mucho menor. Otro dato importante que mencionó fue que, también antes del golpe de estado, en nuestra provincia se produjeron el 82% de las desapariciones. Mencionó con orgullo su amistad con Olga Aredez y citó que por ella y por Reynaldo Sammán(a través de una entrevista) supo que en la cárcel de Gorriti se torturaba a los presos políticos.
   El testimonio de Reynaldo Castro, periodista e  investigador, fue propuesto para conocer la veracidad de los testimonios de las víctimas y sus familiares. Él utilizó la metodología de entrevistas grupales donde los relatos se van reforzando entre sí. Había comenzado a trabajar colaborando con el Dr. Andrés Fidalgo que  investigaba violaciones a los Derechos Humanos en Jujuy y registraba con rigurosidad los datos. Al morir el doctor,   continuó trabajando con la ayuda de Nélida, su esposa, que reunía a las víctimas y familiares en su casa. Rescató el testimonio  de Horacio Vale que mencionó a sus torturadores como Fortunato Marcelino Aguaysol, los suboficiales penitenciarios Torres y Rodríguez y quienes se encuentran en este juicio imputados Herminio Zárate y Carlos Ortíz; también el de Martina Chávez que menciona el trato brutal del sargento Díaz. En el marco del primer juicio cobraban relevancia Mariano Braga, que según Castro “ocupa un lugar  destacado en el aparato represivo de Jujuy”, igual que Eduardo Bulgheroni. En su opinión sobre ésta etapa de la historia en Jujuy, la parte narrativa ya está falta la autocrítica de políticos y empresas.
   Designado Juez Federal en el año 1974 Nestor Meyer contestó con un rotundo ”jamás” haber tenido detenidos a s u cargo, tampoco recordó ninguno de los varios nombres que el Fiscal Pablo Pelazzo le mencionó. Describió su función como la de intervenir en los recursos de Habeas Corpus y que procedía a pedir el informe a la Policía Federal si allí estaba y se hacía un dictamen favorable “que  parece que les molestaba por eso hicieron un atentado a mi casa pero nunca  emití oficio por detenidos del penal de Gorriti” agregó. Reconoció su firma en expedientes de 1976 donde figura una firmada por el Cnel Bulacios disponiendo de detenidos, “la autoridad militar disponía a su antojo” explicó.
   El doctor Carlos Magnus Topp se desempeñó como Juez Federal entre 1977 a 1983, en 1976 era Procurador Fiscal. Su opinión respecto a los Habeas Corpus fue terminante:”ninguno tenía éxito” porque, dijo, al no precisarse el lugar de detención el trámite queda inconcluso. Recordaba a Juan Noguera “porque su  madre concurría al Juzgado para averiguar “, al Dr. Carlos Cardozo “porque su padre había sido compañero del mío”,  muy poco a Mario Heriberto López y Máximo Tell. Negó que La justicia haya estado sometida al poder militar, también dijo que no tenías competencia para intervenir con los detenidos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional(PEN) pero ”un detenido debe estar siempre bajo la competencia de un juez” concluyó
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Periodista: Jesus Janco

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