Sucedió en Sudáfrica. Una familia fue al Parque Nacional Kruger para poder ver algunos animales, pero todo se salió de control.
Un grupo de leones desesperados por un cadáver de antílope comenzaron a pelear y terminaron agrupándose para devorarlo justo en la rueda del auto donde viajaba la familia van Holdt, lo que les impedía moverse.
De a poco, comienzan a llegar más leones y el espacio se reduce. Llegado un momento, dos de los felinos más grandes comienzan a pelear por un trozo de carne. En ese momento la madre de la familia pierde el control y la confusión es total.
La escena parece salida de una película, y muestra que los safaris son lugares muy peligrosos si no se visitan en compañía de un experto.