¡Lizy Tagliani habló de su reconciliación!

El domingo pasado, Lizy Tagliani presentó a su novio, Leo Alturria, en el programa de Susana Giménez. Allí la conductora contó cómo se conocieron y reveló que lo había visto en varios programas televisivos. Ante esa información, sus fans salieron a alertarla y algunos acusaron al joven de querer tener espacio en la TV. Por eso, el martes, Lizy anunció su separación. “No puedo soportar las cosas feas que dicen”, aseguró en su ciclo. Sin embargo, ese mismo día habló con su novio y las cosas siguieron como antes, el amor triunfó.
Finalmente, ayer, la presentadora invitó a su pareja a El Precio Justo y reflexionó sobre el motivo de su drástica decisión. “Vos me dijiste que era una cuestión mía, que lo tenía que resolver yo y que tenía que ser feliz. Yo te agradezco que me hayas acompañado y apoyado. Y te pido perdón por haberte puesto en todo esto. A mí me gusta que vos estés en los medios y si por alguna razón me estás usando o esto no funciona, solo el tiempo me lo va a decir”, le dijo a Leo.
“El tiempo tiene que correr para ver en qué termina esto. No podemos no darnos la posibilidad de ser felices por un ‘por las dudas'”, agregó. Entonces, él acotó: “Vos pensabas mucho en el qué dirán, a mí no me importó nada. No me importa la condición. Me gustás como sos. El amor nos hizo avanzar hasta donde estamos ahora”. Finalmente, la animadora contó cómo se sentía e hizo un mea culpa sobre lo sucedido.
“Yo soy una mujer feliz, pero hace bastante tiempo que no estaba así de enamorada. Muchos años. Esto de decir ‘no me importa lo que suceda, te acompaña adónde quieras porque lo que vos quieras me hace feliz’. Pero feliz, fui siempre. No necesito muchas cosas de las que tengo para ser feliz. Tengo demasiado. Cuando dicen ‘él quiere la plata’. A mí la plata no me importa. Mi mamá fue inmensamente feliz sin un mango. Literal”, analizó.
“Ahora me vi un poco opacada, chiquitita, por esta situación, en la que sentía que no podía contra todo. Sentía que lo estaba metiendo en un barro que no lo iba a poder sacar. Me daba culpa. Me decía: ‘por qué me tuve que fijar en este pibe, que estaba tan tranquilo con su vida y sus cosas. Por qué tuve que meterlo en mi vida…’. Pero sí, la más prejuiciosa soy yo conmigo misma. Yo soy la que todo el tiempo tengo una sobreexigencias para demostrar que puedo hacer mejor las cosas, por el qué puedan pensar. Y es rarísimo porque todos los defectos los tengo yo. Nadie de mi familia es así (de prejuicioso)”, cerró. 
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Periodista: Huellas de Jujuy

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