Política - Ecología

La poca información, el poder desmedido y el dinero, abusan sobre el medio ambiente, y forman un campo propicio para  callar las voces de la conciencia.


La política debe estar al servicio de nuestro medio ambiente, sin embargo muchas veces es al revés, el medio ambiente se pone al servicio de la política.
 Por ética o moral, el hombre no tiene derecho a destruir su ambiente y la biodiversidad.
Vamos deteriorando nuestra Madre Tierra, cuando esta tiembla, debido a los maltratos que le brindamos; ser parte del pueblo, o parte del poder, es lo mismo,  todos salimos corriendo a buscar un refugio, es indiscutible que todos vivimos en el mismo planeta, todos respiramos, necesitamos agua potable, la sombra de un árbol, buscamos un medio ambiente apto para sobrevivir.
Hay gente, muchos de ellos elegidos por el pueblo, que teniendo las herramientas legales en sus manos para proteger el futuro ambiental de las generaciones por venir, prefieren mirar hacia otro lado, convirtiéndose en cómplices de la autodestrucción de la especie humana, y por consiguiente de sus propios hijos, o acaso los señores del Poder… ¿viven en otra galaxia?, trabajan acá, suben a una nave espacial y se van a su casa al planeta de Nunca Jamás? No, todos vivimos en este Planeta Tierra!!!  Muchos se aprovechan de un circunstancial poder que le confiere el pueblo, para permitir o permitirse desviar ríos, desmontar miles y miles de hectáreas. hacer explotar las entrañas mismas de la tierra,  si les va mal, solo son castigados monetariamente, pero el daño ya está hecho.  
Felizmente, existen otras  mentalidades, las que aprecian su hábitat y que por todos los medios a su alcance tratan de concientizar sobre los problemas por venir si se sigue destruyendo los recursos naturales, esta gente que crea conciencia, pasa a ser el enemigo público número uno, por ir en contra de muchos intereses, inexplicablemente el informar, pedir que no se contamine, contar a los demás lo que le estamos haciendo al planeta, es ir en contra de intereses económicos y nos desplazan a la vereda del frente. De esta forma vamos cuesta abajo, hacia la autodestrucción, los intereses económicos son demasiado grandes, nadie está dispuesto a sacrificar ganancias, en la creencia de que siempre habrán recursos.
 Toda nación tiene derecho al uso racional de sus recursos naturales, pero a medida que estos derechos avanzan, destruye, extingue especies, contamina el aire, el suelo y las aguas.
El hombre no solo empobrece su entorno y a si mismo, tremendamente compromete su propia supervivencia como especie. A este ritmo, las generaciones por venir no podrán disfrutar de muchas cosas que para nosotros resulta placentero de lo que la naturaleza nos brinda.
Es imperiosa una revolución mental en los hombres, que lo ayude a comprender que la tecnología y el abuso del poder son armas de doble filo, que el progreso debe tener un límite y aprender a renunciar algunas de las comodidades que brinda la civilización misma.
 Ese hombre mentalmente nuevo, debe ser planteado en un mundo físicamente nuevo. Hay que pensar en planificar ciudades jardines, no todo puro pavimento.
Nuestro territorio es fecundo y hasta sustentable, pero lo explotamos en forma insensata, lo consumimos agostándolo sin darle tiempo de recuperación, lo envenenamos por renta, lo depredamos por un punto más de ganancia, y en el medio existen millones de hombres y mujeres despojados de su dignidad como condición para que ese abuso sea posible, porque cuando se abusa del medio ambiente necesariamente se abusa del hombre.
Pedro Martínez Conciencia Ambiental Tucumán, concienciambientaltuc@hotmail.com
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Periodista: Jesus Janco

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