Trabajadores
que cumplen tareas en distintos sectores de la Municipalidad de San Salvador de
Jujuy, desde hace tiempo, vienen alertando contra una batería de
irregularidades laborales, entre las que se pueden mencionar las malas
condiciones de trabajo, la falta de herramientas, de insumos, el cuestionado alquiler
de vehículos, el maltrato y abuso de autoridad de los jefes y funcionarios,
entre otras cuestiones
Los
empleados expresaron a miembros la Lista Blanca algunos casos como lo que
ocurre en la Dirección de Servicios Eléctricos, donde es director Guillermo
Oscar Sorroza. En tal sentido, denunciaron la falta de respeto a
normas básicas de higiene y seguridad laboral. Los baños que actualmente se emplean
son letrinas colapsadas. Esta irregularidad es todavía más manifiesta cuando en
la misma repartición, existe un baño nuevo bajo llave, al cual tienen acceso
sólo los directores y jefes. “Parece que tienen cola de oro que les hacen un
baño exclusivo, y los compañeros que se joroben”, indicaron.
En
la misma repartición existe una mesa pequeña donde los compañeros tienen que
apilarse para desayunar y el panorama en términos de higiene laboral es
gravísimo ya que al lado de la mesa se halla la cloaca de las letrinas
colapsadas.
En
una habitación lindante, hay barriles de combustible sobre los cuales nadie
parece tener control, ya que se estarían usando de manera discrecional.
Otro
tanto ocurre en Higiene Urbana, donde el director Marcelo Molina parecería ser en los hechos, también el Director del
Taller y Corralón, ya que delega e imparte órdenes a los empleados de ambas
reparticiones, dándose una presunta incompatibilidad de hecho, con el
consecuente perjuicio que esto provoca para el funcionamiento de los servicios,
y en este caso, el que más sufre es el Taller, por el manifiesto abandono que
hay de los empleados: los compañeros no disponen de herramientas, de insumos,
de lugar para resguardarse de la lluvia; como está lleno de autos, tienen que
trabajar al aire libre, son obligados a desarmar vehículos para armar otro, y como
no les dan herramientas, se ven obligados a llevar sus herramientas personales
para cumplir con una tarea mínima.
Los
compañeros del Taller no tienen ni un vestuario, se tienen que vestir a la
intemperie. ¿No será que las autoridades
que están por encima de estos “Directores” tendrían la intención de vaciar las
reparticiones para privatizar esos servicios?
En
cuanto al área de Higiene Urbana, hay seis camiones alquilados a razón de $ 20.000
por mes cada uno. Nos llama poderosamente la atención que algunos de esos
camiones permanezcan parados ciertos días de la semana, aunque la Municipalidad
siga pagando puntualmente el alquiler. Además, los compañeros se ven obligados
a hacer de choferes, tienen que ponerse a conducir el camión, y allí se los
compromete seriamente con el seguro. Esos camiones, en su mayoría, son bateas y
no compactadoras (la batea es un camión de caja abierta) y los obreros tienen
que lanzar las bolsas de residuos dos metros hacia arriba. Además, los “compactadores”
en relación con las “bateas”, triplican el volumen de basura trasladada
ahorrando combustible, tiempo y kilometraje.
Ni
qué hablar del maltrato laboral, que en primerísimo lugar se ejerce contra los
que acatan medidas de fuerza. Esos compañeros son aislados, perseguidos
laboralmente, maltratados psicológicamente y como último eslabón de esta cadena
de persecución laboral son trasladados a otras reparticiones. Con mayor
vehemencia suceden estos atropellos en el Edificio Central de la Municipalidad,
donde los Directores de Recursos Humanos y de Compras y Suministros, el contador
César Portales y martillero Javier Riso Patrón, en muchos casos
instigan este mecanismo de persecución, incluso con métodos extorsivos,
impidiéndoles no ir al paro a los compañeros que, por ejemplo, perciben
adicionales por área, ya que si lo hacen no podrán cobrarlos.
Estos
maltratos, originados en diversas situaciones, representan claros abusos de
autoridad, una constante que se da porque parece que no se quiere entender cuál
es el rol de la autoridad, que los funcionarios son transitorios y que los
únicos que permanecen son los empleados, y los únicos que cuidan los elementos
de trabajo son también los empleados.
Suponemos
que el intendente ignora varias irregularidades de estas, pero es necesario
realizar un firme planteo para exigirle que termine de cuajo con esto, no sólo
con el fin de defender a los trabajadores, que es nuestro primer interés, sino
apuntando a mejorar la gestión del municipio que, en un alto porcentaje, es la
gestión de sus empleados.
Si
destinan recursos de mala manera, ¿cómo un laburante puede prestar un servicio eficiente?
Nosotros
convocamos a los compañeros a que denuncien las irregularidades al buzón de
denuncias municipales (buzondenunciasmunicipales@gmail.com) porque
todos tenemos derechos y nosotros estamos acá para defenderlos, con la ley y la
firmeza del compromiso.