Jairo Gabriel Arjona, el dirigente del asentamiento
Aeroclub que había sido detenido por la supuesta venta ilegal de lotes, fue
liberado de prisión días pasados, luego de cuatro meses de haber sido detenido
por su lucha social a favor de las familias sin techo.
En declaraciones al equipo de prensa de la comisión de
DDHH, y con la autorización de su abogado, Arjona dijo que quiere limpiar su buen nombre y honor de las acusaciones que recibió
durante todo este tiempo y de las cuales sigue siendo objeto, a pesar de
haber sido liberado.
Vale recordar que la compañera de Arjona, Miriam Silvana Ramos, realizó durante todo este tiempo manifestaciones
con un desesperado pedido de justicia para la liberación de su marido, de quien
siempre proclamó su inocencia. Esta madre luchadora fue asesorada por los
abogados de la Comisión de Derechos Humanos que coordina Carlos Santillán. La
mujer y sus seis hijos peregrinaron pidiendo respuesta de la Justicia y en un
momento dado ella declaró que el fiscal de la causa le había indicando que su
esposo no era relevante para la investigación, sino que el buscado era, en
realidad, “Beto” Gramajo, quien finalmente fue detenido semanas atrás.
Jairo
Arjona fue liberado, pero la Justicia le prohibió acercarse al asentamiento del
Aeroclub. Esta orden de restricción comprende un área de tres kilómetros a la
redonda. Esto le impide dormir en su casa, pasar el día con su familia o
simplemente llevar a sus hijos a la escuela.
Arjona, que por estar preso ya tiene un estigma social, ahora
debe sufrir una suerte de campaña difamatoria que hace aun más difícil su vida,
a pesar de que sigue con las mismas convicciones para luchar por una vivienda y
una vida digna.
Vale recordar que a este luchador social lo imputaron por
un sinnúmero de delitos, entre los cuales se encontraba el de venta ilegal de lotes.
“Yo quiero desmentir eso, porque andan diciendo que yo lo sigo haciendo, cuando
nunca lo hice. Es gente que está complotada para hacer quedar mal a los
delegados”, señaló.
Luego se refirió a la restricción que tiene y que le
genera lógicos problemas familiares. “En
este momento, mis hijos están enfermos y no puedo estar con ellos en la casa”, lamentó.
Él piensa que la Justicia sabe de su inocencia porque no
encontraron pruebas contra él. “Yo fui
un chivo expiatorio, mientras esperaban la caída de los que sí tenían denuncias. Hoy puedo decir que esto es así porque
me dieron la libertad, aunque la investigación sigue. Y me preocupa porque me
siguen ensuciando”, expresó.
Según dijo, los Autoconvocados del Asentamiento Aerclub “fuimos
avasallados por no tener personería jurídica. Hoy también me siento censurado para
no poder acompañar a las más de 500 familias, porque dicen que yo podría instigar a la gente
que cometa delitos, pero esto no es así, ya que lo que buscamos es un
techo, y mientras no le den garantías a la gente de que van a tener su
vivienda, puede haber mucho diálogo, pero jamás se va a llegar a nada”,
consideró.
“Me callan la boca, pero yo tengo que seguir peleando por
mis derechos, un lugar para mis hijos, y ni siquiera los puedo ir a ver porque estuve acusado de un delito que lo ha
cometido otro. Por eso, lo único que pido es que dejen de ensuciarme”,
acotó.
“Creo
que esta restricción que tengo de acercarme al asentamiento es algo político,
por el tiempo electoral que se viene. Es porque la gente supo demostrar a través de la lucha que ellos existían
y necesitaban un hogar. Mis abogados siguen estudiando esos dos expedientes que
me han creado. Lamentablemente, soy yo contra el poder. Pero yo tengo derechos
y los tengo que hacer valer, sobre todo el
derecho de caminar con la frente en alto sin deberle nada a nadie”.
Destacó el apoyo y la ayuda recibida en la Comisión de
Derechos Humanos, sobre todo en este momento de enfermedad de sus hijos. “Estoy buscando trabajo, pero me cuesta mucho
conseguir porque el gobierno me ensució y muchos medios se prestaron para
ensuciarme. Pero voy a seguir caminando, porque tengo mis dos manos y la
voluntad para continuar”, concluyó.