Este proyecto nació en el año 2018 con un equipo de trabajo interdisciplinario que intervino desde sus inicios, con Luciana Fermi se venía conceptualizando los diferentes proyectos que se venían desarrollando, y con Torres Murguía se redoblo la apuesta con un trabajo de mayor valor agregado a lo que se venía haciendo en nuestro ámbito, a partir de allí surgió la conversación con el artista Ariel Cortez, uno de los importantes referentes de arte andino, entendiendo que un mayor valor agregado era contar una historia a través del arte del artista jujeño, sintetizó el Gerente General de la firma comercial, licenciado Fernando Villanueva.
Una vez lograda la localización surgió esta posibilidad
de contar la historia de Jujuy, previa gestiones con los propietarios de los
terrenos en ese punto de la ciudad, a una cuadra de la Plaza Belgrano en una
ubicación tan histórica para el legado de San Salvador de Jujuy.
En esa camino o proceso se captaron visiones o miradas de
distintos historiadores para entender cuáles fueron los hechos históricos más
significativos para Jujuy, donde surgió la propuesta de Diego Citterio
investigador del CONICET, simplificándose en 10 eventos que de alguna manera
cuentan la historia de Jujuy, más allá de los hechos tradicionales de la
historia jujeña, sino también pensando en otros eventos transcendentales para
el territorio jujeño, que reflejan sucesos del siglo XX.
El proyecto arquitectónico que debía acompañar a semejante apuesta cultural y educativa lo realizo en una primera etapa el arquitecto Sebastián Fugaza, lográndose un edificio muy funcional y luminoso con características muy notables y después continúo la tarea la arquitecta Rocío Rojo que le termino de otorgar la impronta a un edificio que cumplió con las expectativas para ese lugar, jerarquizando también a la zona y a ese sector de la ciudad, transformando a dicho sitio en un edificio icónico.
En cuanto a la comercialización, se llevó a cabo una venta en pozo, la cual se viene implementando con todos los desarrollos inmobiliarios, es decir se comercializa a medida que se van construyendo los departamentos, lo cual le permite al inversor adquirirlos a un precio más accesible dentro del mercado inmobiliario y acompaña durante todo el proceso de construcción, en un edificio que debió afrontar más de 18 meses de pandemia pero cuando el mercado ofrece productos de calidad la gente confía y responde con la inversión en Jujuy.
En la actualidad el edificio está completamente vendido y
resta una sola unidad, lo cual marca el éxito del desarrollo inmobiliario.
Torres Murguía constituye el edificio 14 en 14 años de
vida de la empresa, significando un hecho simbólico en concretar un edificio
por año y llena de orgullo porque es un desarrollo inmobiliario que se gestó en
tiempos difíciles y una coyuntura muy compleja, pero con el alto nivel de
profesionalismo de Villanueva e Hijos se pudo hacer realidad ese proyecto.