Los secretos de la última emperatriz de Irán

Farah Diba siempre ha resultado una mujer fascinante a los ojos del mundo. Una estudiante de veinte años que conoce en París al Sha de Irán y se convierte de pronto en Emperatriz. Una mujer que parecía destinada a una vida repleta de lujos y alegrías y que, sin embargo, quedó marcada por la muerte y la fatalidad. Ahora, a sus espléndidos 80 años ha decidido contar su historia sin escatimar en sinceridad. Ahora, su Majestad Imperial, la última Emperatriz de Irán, nos revela sus secretos, sus sentimientos y sus emociones, en momentos clave de su vida.
Cuando se acaban de cumplir cuarenta años de su exilio forzoso de Irán, Farah Diba ha concedido una entrevista a la revista Point de Vue. En sus revelaciones, a la publicación francesa, descubrimos la faceta más íntima de la Dama de Irán. Pero, para acercarnos a su trágica y ajetreada vida hay que empezar por aquel año de 1959 en París. Allí una jovencísima Farah de 21 años estaba estudiando arquitectura, cuando conoció al hombre que cambiaría su vida radicalmente.

El Sha Mohamed Reza Pahlavi tenía 40 años y ya se había casado dos veces, pero quería un tercer matrimonio. Reza Phlavi quería tener hijos varones algo que no había podido lograr con sus esposas anteriores. Reza y Farah se conocieron en una fiesta en París y se enamoraron de manera inmediata. Se casaron a los pocos meses y en poco tiempo Farah trajo al mundo a un hijo varón: Reza Ciro, su primogénito. Después, vendrían otros tres hijos más, pero dos de ellos murieron trágicamente. Pero, vamos un poco más despacio en el relato de la vida de la ex Emperatriz de Irán, pues son muchas y duras las brechas que encontramos en su biografía.
Farah se había casado con uno de los hombres más polémicos de la historia de Irán. Ahora, en su reciente entrevista, define a Mohamed Reza Pahlavi como un hombre cariñoso con sus hijos y un hombre muy caballeroso. “No era nada autoritario. Jugaba con ellos ( con sus hijos) todo el rato”, afirma Farah en la entrevista. “Cuando llegaban del colegio, los niños corrían hacia su despacho”, añade para distinguir la buena relación del Sha con sus hijos. Pero las posiciones políticas del Sha no dejaban indiferente a nadie. El Sha era tan odiado por unos, como admirado por otros. La revolución se puso en marcha y el matrimonio se vio forzado al exilio en 1979.
El sah de Irán Mohamed Reza Pahlevi y su esposa Farah Diba, el 24 de junio de 1974 en el Castillo de Versalles, cerca de París
El Sha Mohammad Reza Pahlavi y Shabanu Farah Diba Pahlavi, tuvieron que abandonar rápidamente sus riquezas y sus bienes para salvarse. “Puede que sea mejor que nos vayamos”, cuenta Farah Diba en la entrevista que dijo el Sha unos días antes de la partida. La revolución les amenazaba, por eso abandonaron el país rumbo a Egipto. “En ese momento me di cuenta que dejaba todo, mi familia, mi casa mi país” confiesa Farah a Point de Vue.

Para la emperatriz lo más importante en ese trágico momento era mantener la dignidad. El matrimonio creyó, al principio, que sería un exilio corto, pero no fue así. Ni mucho menos. Después de Egipto, se trasladaron a Marruecos, “Es en ese momento cuando nos convertimos en verdaderos exiliados vagando de un país a otro”, recuerda Farah. Después estuvieron en Bahamas, México, Panamá y finalmente regresaron a Egipto. La esposa del Sha reconoce que acabaron viviendo con las esperanzas puestas en el presente más inmediato y pensando que cada día podía ser el último de su exilio: “Nos preguntábamos si seríamos libres al día siguiente”, recuerda con amargura en su entrevista. Pero, el Sha murió en Egipto y Farah se quedó viuda con 41 años. Luego viajó a EE.UU pero terminó viviendo en París, ciudad en la que actualmente reside.
La muerte de su marido fue su primera gran pérdida, pero vinieron dos más que le dolieron mucho más, muchísimo más. En 2001 su hija pequeña Leila falleció a los 31 años por una sobredosis de pastillas. Leila Pahlevi fue encontrada muerta en su hotel de Londres, era joven, bella y rica pero estaba deprimida. Leila añoraba su país y no llegó nunca a superar la forma en la que tuvieron que abandonarlo. “Salimos tan deprisa que me olvidé de mi osito de peluche preferido. Quién sabe qué pasó con él cuando los revolucionarios ocuparon nuestra residencia”, contaba la hija pequeña de Farah Diba unos años antes de su muerte. Farah estuvo siempre muy pendiente de su hija pero no logró salvarla. Diez años después Diba tuvo que sufrir una nueva tragedia familiar. En 2011 Farah perdió a otro de sus hijos. Su hijo menor Ali Reza se suicidó a los 44 años, tras luchar contra la depresión.
La vida de la última emperatriz de Irán siempre ha estado en el ojo mediático pues parece una vida sacada de una novela. La fortuna siempre ha estado al lado de Farah Diba, pero la desgracia también. Ahora con 80 años, la Grace Kelly de Irán, como algunos la bautizaron, se ha convertido en una mujer paciente que, en el ocaso de su vida, sigue mirando hacia delante y no pierde la esperanza de regresar a su país, algún día. Algún día.
Foto: Town and Country





FUENTE: BBC
FOTO: TOWN AND COUNTRY 

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Periodista: huellas de jujuy

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