Aprender a apreciar lo que nos ayuda a vivir, el agua, sin embargo la
derrochamos como si este bien preciado no se va a terminar jamás.
Ricos y
pobres, esa es la consigna que trae consigo la falta de provisión de agua. Cuando
el agua sea escasa o nula, se incrementará la brecha social, habrá los que
puedan tenerla y los que no puedan.
En muchas
regiones la sequía está haciendo estragos, los esfuerzos se multiplican,
diagraman planes para hacerle frente; suman especialistas para que sean
aportantes de ideas y ver cómo se puede salir de este flagelo, se evalúan
diversas propuestas para armar planes generales de contingencia.
Los aportantes ponen sus conocimientos
técnicos que seguramente son más que importantes, no menos cierto es también la
necesidad de ir creando conciencia sobre el uso racional de este elemento
vital.
Los ambientalistas por vocación
luchamos por crear conciencia, pero lamentablemente en estas circunstancias no
se invitó a gente dedicada específicamente al cuidado del medio ambiente.
Como docente con muchos años de
experiencia en temas ambientales, creo que se esta dejando de lado algo
fundamental que es la concientizaciòn en las escuelas.
La experiencia de tantos años me dicta
lo siguiente: Después de
mucho trabajo realizado, llegamos a la conclusión que lo único que nos queda
para atenuar esta situación es la educación ambiental temprana, inculcar al
educando desde el nivel inicial (jardín de infantes) hasta la finalización de
su secundaria, el amor a su Planeta, comenzando desde cosas insignificantes,
que el niño comprenda que no debe tirar al medio ambiente el papel del caramelo
que consumió, entonces él será el referente en su entorno, (casa, escuela,
clubes, etc) que llevará el mensaje a los demás.
El niño es investigador e inquisidor,
corregirá en su casa cualquier actitud antisocial para con la Madre Tierra,
interpelará y contará las experiencias dentro de su escuela, mostrará a los
adultos lo que aprendió de parte de sus maestros, y muy seguramente impondrá a
sus familiares conductas olvidadas o desconocidas.
No podemos desaprovechar el potencial que
tienen, son dúctiles y absorben toda la información que reciben y la llevan
hasta que son adolescentes y la mayoría las llevará hasta su adultez.
El niño es una esponja que absorbe todo
lo que aprende, es dúctil y lleva ese conocimiento a sus hogares,
promocionándose como un férreo defensor de los recursos naturales.
Si bien es cierto, reitero que todos
los esfuerzos sean puestos a disposición de este flagelo, también deberían
acordarse de gente que trabaja sobre la conciencia del individuo, porque
podremos hacer cualquier esfuerzo y llegar a las mejores técnicas para superar
este conflicto, pero si no hay creada conciencia en el individuo, volveremos a
caer a la larga o a la corta en lo mismo,
Pero, para esto hace falta la decisión
política de que se realice dicha instrucción, y en los organismos
correspondientes facilitar las herramientas correspondientes y no estar
encontrándolo miles de patas al gato. La instrucción debió ser hace mucho
tiempo atrás!!!, por el bien de todos, o qué posta queremos dejarles a los que
siguen? O nos preocupamos tan solo por nosotros mismos, y creemos que lo único
que salvará a la humanidad es el dinero? Si es así, que equivocados estamos.
Cuando ya no haya agua potable, alguien
pondrá en un vaso todos los billetes que fue juntando en su vida, podrá
tomarlos para saciar su sed!?
Pedro Martínez Conciencia Ambiental
Tucumán.
0381-154750035